Querido Diego, te abraza Quiela
A mediados de los años 70, Elena Poniatowska (París, 1932) recibió el encargo de escribir el
prólogo de dos libros de la novelista Lupe Marín,
considerada por todo el mundo la primera mujer del pintor mexicano Diego Rivera.
Mientras se documentaba, Poniatowska descubrió «La fabulosa vida de Diego Rivera», biografía del muralista escrita por Bertram Wolfe. En ella, la escritora mexicana advirtió la presencia
fascinante de Angelina Beloff, pintora exiliada rusa que, de hecho, fue la primera
esposa de Diego Rivera y madre
de su único hijo, Dieguito... El personaje atrapó a Poniatowska, que decidió
escribir «Querido Diego, te abraza Quiela», un pequeño libro en el que
recrea la enfermiza relación de Rivera y Beloff. «Querido Diego, te abraza Quiela» se publicó en España hace casi 30 años,
pero pasó desapercibido. En México,
en cambio, fue un auténtico escándalo a finales de lo 70, pues Poniatowska se
«atrevió» a desenmascarar al verdadero Diego
Rivera, en aquel momento héroe de la progresía y de la intelectualidad izquierdista.... La «novelita» está formada por doce cartas (todas
inventadas por Poniatowska salvo la última, publicada originalmente en el
mencionado libro de Bertram Wolfe) que Angelina Beloff envió a Diego Rivera entre 1921 y 1922. Ella
se encontraba en París, donde el pintor la había dejado abandonada tras más de
diez años de convivencia y un hijo en común para regresar a México, donde
conocería a Lupe Marín y a Frida. Kahlo.
Esa mujer retratada por la premio Cervantes
está ciega de amor... La pasión que siente hacia Diego Rivera, quien
eclipsó su obra y amargó su vida (Beloff era una artista de talento,
pero la estela del muralista era demasiado ancha), determina cada instante de
su vida diaria, aún más solitaria y triste por la pérdida de su hijo Dieguito cuando
solo tenía 14 meses. La vida continúa sin Diego (ni Dieguito) y Quiela trata de
recuperar el pulso a su oficio, rodeada de amigos como Juan Gris, Picasso o María Blanchard (gracias a ella conoció a Rivera, en
un viaje a Bruselas en 1909) en el parisino barrio de
Montparnasse... En 1932, Angelina Beloff logra
viajar a México, donde se estableció (su amor hacia Diego Rivera y su condición
de expatriada hacían que se sintiera mexicana de alma y corazón) hasta su
muerte a los 90 años, en 1969. Como explica Poniatowska en una nota al final
del libro, Quiela «no buscó a Diego, no quería molestarlo». Un día se
encontraron casualmente en un concierto en el Bellas Artes. Diego pasó junto
a ella, pero no la reconoció.
INÉS
MARTÍN RODRIGO /ABC.es
Elena Poniatowska
Elena Poniatowska Amor; París, 1932,
narradora y ensayista mexicana de origen francés. Integrante de una
antigua familia de la nobleza polaca (y sobrina de la legendaria poeta Pita
Amor), nació en Francia, llegó a México con diez años de edad y obtuvo la
ciudadanía muchos años después, en 1969. Tras estudiar en su país de adopción y
en Estados Unidos, en 1953 inició su carrera como periodista, profesión que
ejerció siempre y le sirvió de punto de partida para varias de sus obras
testimoniales. Por esa época se unió a la causa feminista y a la izquierda
política.
A lo largo de su
trayectoria cultivó variados géneros: novela, ensayo, testimonio, crónica,
entrevista y poesía. Todos sus libros guardan una constante temática y
configuran un entramado que da cuenta del presente mexicano: se centran en la
sociedad, las relaciones entre hombres y mujeres, el trabajo y el desempleo, el
prevaleciente racismo, las costumbres y tradiciones del país, las tragedias
nacionales (como el terremoto de 1985) o el papel de la mujer.
Obra y Premios:
·
Lilus
Kikus (1954)
·
Hasta
no verte Jesús mío (1969)
·
La
noche de Tlatelolco (1971)
·
Querido
Diego, te abraza Quiela (1978)
·
De
noche vienes (1979)
·
Tinísima(1992)
·
La
piel del cielo (2001)
Premio Alfaguara de Novela
·
El
tren pasa primero (2005)
·
XV Premio Internacional Rómulo Gallegos (2007)
·
Leonora
(2011) Premio Biblioteca Breve de
Seix Barral
·
Premio Cervantes 2013.
Me ha parecido un buen libro que recomendaría. Me resulta curioso utilizar a la muerte como narradora de esta historia. Creo que siempre son los ciudadanos quienes sufren las consecuencias de los caprichos y/o necesidades de los gobernantes, haciendo posible que la vida discurra como normal dentro de lo anormal de un estado de guerra, donde la lectura y escritura ayudan a poder convivir con el horror del momento. Me ha gustado, pero duele el corazón con tanta maldad, bondad y muerte. Saludos. Mari Carmen G.
ResponderEliminarEl libro que acabamos de leer, me parece de un estilo literario magnífico son una serie de cartas de un amor muy grande por Diego Rivera todas ellas sin respuesta excepto la última que si está escrita por la protagonista y es la que ayuda a la autora del libro a escribir y a revelar de alguna forma el carácter de Diego Rivera y a romper un poco el mito del pintor en Méjico, su país
ResponderEliminar